Las momias del Museo de Arqueología de Alta Montaña (MAAM) en Salta, especialmente las de Llullaillaco, han tenido una gran relevancia cultural y emocional para los pueblos originarios de la región. Estas momias, conocidas como La Doncella, El Niño y La Niña del Rayo, son restos de niños incas sacrificados hace más de 500 años.
Para los pueblos originarios, estas momias representan una conexión directa con sus antepasados y su historia ancestral. La exhibición de las momias ha generado tanto asombro como reflexión sobre las prácticas culturales y religiosas de sus antepasados. Además, ha fomentado un diálogo entre el pasado y el presente, permitiendo a las comunidades originarias revalorizar y preservar sus tradiciones y conocimientos ancestrales.
Las reacciones de los pueblos originarios ante la exhibición de las momias en el MAAM fueron variadas y profundas. Algunas comunidades han sentido un orgullo renovado por su herencia cultural y han encontrado en las momias un símbolo de resiliencia y conexión con sus ancestros. Estas momias representan más que restos arqueológicos; son vistas como ancestros venerados y una parte vital de su identidad cultural.
También ha habido respuestas emocionales intensas. Para algunos, ver a estos niños exhibidos ha sido doloroso, ya que los ritos de sacrificio incaicos tienen significados profundos y espirituales. Se han llevado a cabo ceremonias y rituales en honor a las momias, y se ha enfatizado la necesidad de un trato respetuoso y sensible hacia estos restos humanos.
El diálogo entre las autoridades del museo y las comunidades originarias ha sido crucial. Ha permitido una colaboración en la interpretación y preservación de las momias, asegurando que se respeten las sensibilidades culturales y espirituales.
En La doncella roja, de Sandra Siemens, los pueblos originarios reaccionan de manera muy fuerte y emotiva ante el descubrimiento de la momia incaica: de los grupos originarios surge el objetivo de devolver la momia a su lugar de origen. Este grupo ve a la momia como una parte integral de su patrimonio cultural y se siente profundamente herido por la idea de que sea llevada a otro país para su estudio o exhibición.
La reacción de los pueblos originarios refleja su deseo de preservar y respetar su historia y tradiciones, y su resistencia a la apropiación cultural. Esta postura crea un conflicto con las autoridades y científicos que desean llevar la momia a Estados Unidos para su estudio y la creación de un museo.